Aunque el tema principal del artículo de viernes de Alberto Artero en el Confidencial son las corruptelas alrededor de la venta de los terrenos sobre los cuales se construyeron las carreteras de peaje radiales, desde mi punto de vista el primer párrafo que sirve de introducción al artículo es clave para entender muchas cosas.
España es probablemente el país con mejores infraestructuras del mundo. Aeropuertos, trenes y carreteras tienen una obsolescencia mínima, fruto de los excesos cometidos durante los años de vino y rosas, cuando el dinero parecía caer del cielo y se prefería atender la demanda de un político local antes que seguir un modelo económico racional
Otro opinión interesante es la afirmación que realiza Alberto Recarte en su artículo Indignados:
Desde 1975 hasta 2008 más de dos terceras partes de los empleos creados en esos años, alrededor de siete millones, lo fueron por el sector público y el sector de la construcción. El resto de la economía creó apenas dos millones de empleos
Y ahora las preguntas que me hago.
- España es un país que envejece. Su pirámide de población empieza a estar invertida. La crisis económica ha hecho que un porcentaje importante de inmigrantes vuelvan a sus países de origen. ¿De verdad una salida a la crisis económica puede ser que el estado invierta más en infraestructuras, cuando hay una exceso de capacidad?. Sólo tenemos que ver como han quebrado las radiales de Madrid, los aeropuertos fantasmas o el la ocupación de ciertas líneas ferroviarias.
- ¿Cómo puede pensarse en la recuperación de la construcción en un escenario de caída de población?.
- ¿Es posible salir de ese modelo de ladrillo, grandes constructoras pegadas al presupuesto público y generar empleo, a ser posible en sectores de alto valor añadido?
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