Durante el pasado año, me llegaron enlaces a varias noticias y comentarios en los cuales se afirmaba que Islandía habría empezado a salir de la crisis en la que estaba inmersa repudiando su deuda, encancerlando a parte de su gobierno y a los banqueros y sin inyectar dinero en su sistema financiero, sin hacer caso al FMI y sin que sus ciudadanos tuviesen que pagar los desaguisados creados por su sistema financiero.
Tenía claro, sólo de ver los datos de inflación y de tipo de cambio, tal como comenté en en esta otra entrada que eso era mentira: Los islandeses estaban pagando - y mucho - toda esta crisis. Y hace unos días, llegué a una interesante y documentada entrada, el lado oscuro del milagro islandés, donde se detalla punto por punto como Islandia está aplicando los mismos mecanismos que en el resto de los países en problemas en el continente europeo: que se ha inyectado dinero público en su banca, que se han aumentado los impuestos y que se han bajado los sueltos. Y todo ello bajo la atenta mirada y dirección del Fondo Monetario Internacional
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