Mucho se ha escrito estos días sobre Adolfo Suárez, el primer presidente de la democracia española. Cuando en 1976, tras la muerte de Franco fue nombrado por el Rey para dejar atrás la dictadura y construir un nuevo sistema político democrático, yo era un mocoso de tres años. Por tanto no viví aquellos convulsos tiempos, que permitieron a España ser un país mejor. Los españoles, decidieron olvidarse de muchas cosas y apostar por un futuro, enterrar de una vez aquellos malditos versos de Machado.
Hablaba de su figura con un familiar de su figura el domingo pasado. Y leía este excelente obituario que le dedicaba un sanabrés cuyo blog sigo. Y coincido con él: Mi gratitud hacia Adolfo Suárez, porque fue la cabeza visible que hizo posible que yo no hubiera acabado siendo un niño de otra postguerra. Descanse en Paz.
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