domingo, mayo 04, 2014

La gran apuesta

Es complicado hacer un resumen de la La Gran Apuesta. El autor narra alguno de los mecanismos que llevaron a la crisis subprime en EEUU, como hubo inversores que detectaron el problema - a los que no creyeron - y como éstos aprovecharon su conocimiento para apostar en corto, logrando millones de dólares de beneficios.

Lewis hace un recorrido por el mercado de bonos hipotecarios que nace a partir de las llamadas hipotecas subprime - hipotecas, en muchos casos concedidas sabiendo que sus receptores jamás podrían pagar los créditos - , el empaquetado de las mismas en bonos y la creación de derivados financieros a partir de los mismos, así como de los mercados donde se entra a negociar todos estos activos financieros.

Del libro me han llamado la atención varias cosas:

  • El negocio de préstamos subprime estaba destinado a saltar por los aires, tal como ya lo había hecho antes
    La maquinaria de las hipotecas basura estaba en marcha de nuevo, como si no se hubiera estropeado la primera vez
    La oleada original de financieros subprime se había hundido por culpa de una pequeña fracción de los préstamos concedidos que había registrado en sus libros. El mercado tendría que haber aprendido una lección muy sencilla: no hagas préstamos a quien no puede pagarlos
    Estaban haciendo préstamos a personas de bajos ingresos a un tipo de interés de enganche cuando sabían que no podrían permitirse pagar el tipo de interés de continuación —explicaba Eisman—. Lo hacían para que, cuando los prestatarios llegaran al final del período de enganche, tuvieran que refinanciar, de modo que los prestadores pudieran sacarles más dinero.
    Solo que en esta ocasión, el conjunto de dinero prestado irrecuperable era muchísimo mayor.
  • Los legisladores y reguladores hicieron sistemáticamente la vista gorda sobre el mercado de bonos. Ignoraron la bomba que se estaba cebando en el sector financiero estadounidense y cuando estalló en el año 2007 se llevó por delante a todos.
    Los vendedores de bonos podían decir y hacer cualquier cosa sin temor a que se informara de ello a alguna autoridad. Los operadores podían explotar información privilegiada sin preocuparse de que les pillaran.
    En esta crisis financiera llevo años preguntándome como los reguladores dejaron hacer. Pero no sólo en EEUU, sino en Europa, aunque en el caso europeo, en especial el español, desconozco si los mecanismos que llevaron a la crisis fueron los mismos que los americanos. Lo que si reconozco, es que me cuesta mucho creer que los supervisores no supiesen que se estaban incubando, más en las intervenidas finanzas europeas.
  • El apalancamiento, es decir, la deuda que estaban asumiendo todos los actores económicos americanos, desde la clase media hasta las grandes corporaciones, podía hacer que todo el castillo se viniese abajo, aunque la fracción de impagos fuera relativamente pequeña. Pero era altamente lucrativo para los intermediarios.
    Steve Eisman era raro en su convicción de que el apalancamiento de la clase media estadounidense era un acontecimiento corrupto y corruptor, y que el mercado de las hipotecas basura en particular era un vehículo de explotación y, en última instancia, de destrucción
    Era fácil entender por qué las entidades emisoras como Option One y New Century preferían hacer esa clase de préstamos: al cabo de dos años, los prestatarios o bien empezaban a incumplir sus pagos, o bien, si el precio de su vivienda había subido, la refinanciaban. A ellas el impago les resultaba indiferente, puesto que no retenían nada del riesgo del préstamo; y las refinanciaciones constituían simplemente una posibilidad de cobrar nuevas comisiones al prestatario
  • Una pregunta que siempre me ha rondado en la cabeza. ¿Por qué se rescató a una serie de bancos, tanto en EEUU como en Europa, siendo los gobiernos conscientes de la impopularidad de la medida?. Si hay un párrafo que para mi resume el motivo de manera sencilla, más allá de teorías sobre los poderosos, oligopolios y demás es este:
    Cuando la banca se para, el crédito se para; cuando se para el crédito, se para el comercio, y cuando se para el comercio… bueno, la ciudad de Chicago tenía solo ocho días de reservas de cloro para su abastecimiento de agua. Los hospitales se quedaban sin medicinas. Todo el mundo moderno se basaba en la capacidad de comprar ahora y pagar más tarde.

Para mi las dos conclusiones a las que llego tras la lectura de este libro son:

  • El problema subprime americano es algo endógeno al propio sistema financiero. No estoy especialmente en contra de la innovación en el mundo de las finanzas, porque gracias a ellas, se ha podido financiar multitud de empresas que luego han dado servicio y creado grandes productos. Sin embargo, para mi parece bastante claro que es necesario la supervisión de las mismas y de tener la bastante autoridad para dar un golpe encima de la mesa cuando se desmadra. Si eso ha ocurrido en el mundo de las acciones, ¿por qué no puede ocurrir en los mercados de bonos y de los derivados financieros?.
  • Nunca es distinto. Una cosa que también ya intuía en la lectura de Esta vez es distinto - ocho siglos de necedad financiera, es que los excesos de deuda y los grandes apalancamientos pueden acabar como el rosario de la aurora.
  • Por mucho que unos vendan que esto fue fortuito y que nadie se lo podía esperar, por mucho que pensemos que la Economía es un sistema no lineal con inmensidad de variables, donde lo menos predecible es parte del comportamiento humano, había señales de alarma de sobra para saber la crisis que se estaba incubando.
  • Pero quizás, y dada las noticias de estos últimos meses es que es probable que no se haya aprendido nada. La historia parece que uno ciclo de expansión de deuda y crisis de "reseteo" del sistema a la que estamos condenados.

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