Suponed que hacéis una inversión en un novísimo tractor de John Deere. Todo va bien hasta que un día tienes un problema mecánico. Pero el mecánico local no puede repararlo porque no tiene acceso al software de diagnóstico necesario ni a la documentación técnica. Lo que antes hacías en un tu pueblo, ahora es necesario meter un tractor en un camión y llevarlo al servicio técnico oficial. Lo que antes podías reparar en tu taller, ahora necesita de un software que el fabricante sólo permite usar a sus distribuidores oficiales. Que añadir un equipamiento al tractor de segunda mano tampoco funciona porque los números de serie programados no coinciden. ¿Suena a fantasía?. Pues está ocurriendo en Estados Unidos ahora mismo. Es tal el problema, que ya hay varios estados trabajando en legislaciones que permitan obtener esta información y software a talleres independientes
Podéis ver un pequeño reportaje sobre este asunto publicado por Motherboard a principios de febrero
En Estados Unidos, cada vez hay más legislaciones estatales que intentan dar ese derecho a reparar a los consumidores de los productos. Por supuesto, esto no ha sentado demasiado bien en las compañías tecnológicos, como Apple, que desean tener una integración y control total de la cadena de valor, incluyendo a quien les dan los manuales y el acceso a las piezas de repuesto. Como siempre, las excusas que se utilizan para estar en contra de estas legislaciones son la protección de la propiedad intelectual o la seguridad de los datos de los consumidores. Pero esto no sólo afecta a la electrónica de consumo. Toyota, por poner un ejemplo, también presiona para que este tipo de legislaciones no se aprueben en Estados Unidos.
En el caso de vehículos, en la Unión Europea el acceso a dicha información debe estar permitida sin discriminación.
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