jueves, mayo 31, 2018

Los datos del IRPF español fueron públicos

De vez en cuando, surgen voces qua apuestan por hacer públicos los datos de las declaraciones de haciencida de las personas físicas. Lo que mucha gente no sabe es que en el diseño original del IRPF tras la Constitución del 78, se aprobó que los datos fueran públicos. Cualquiera podía ir a la las delegaciones de hacienda y consultar cúanto ganaban sus conciudadanos:

El IRPF nació con tal afán de transparencia que el Gobierno aprobó en 1978 la publicación de los datos de contribuyentes. Las llamadas “listas” se colgaban en las sedes de Hacienda y cualquier español podía bucear en los inmensos tomos para conocer con nombres y apellidos las declaraciones de sus conciudadanos. Las listas se publicaron en 1979 y 1980

Pero claro, esa información pública, también tenía valor para los delicuentes, tal como demostraton los asesinos de ETA en el secuestro de Luis Suñer. Dejaron de publicarse en el año 1981 a raíz de este secuestro -recordad, estábamos en plenos años del plomo -.

Siempre que se habla de esta medida, se presenta como un incentivo para evitar el fraude fiscal: Si tus vecinos pueden consuntar lo que declararas y observan tu tren de vida, puede detectarse a aquellos cuyo tren de vida no es compatible con el IRPF declarado. Llegado el momento, podrían denunciar ante las autoridades correspondientes.Si se me permite un poco el cachondeo, parafraseando a Revel - La primera fuerza que dirige el mundo es la mentira. - , en España podríamos decir que La primera fuerza que dirige a los españoles es la envidia.

No me preocupa demasiado lo anterior: mucho más interés tiene el mal uso que puede hacerse de esos datos públicos por parte de delincuentes. Aunque España es un país seguro, hay que recordar que tenemos grupos de crimen organizado cometiendo crímenes, algunos de ellos, muy violentos y que nuestra frontera Sur es especialmente sensible con la inmigración ilegal y el tráfico de drogas. Sería poner en bandeja la selección de objetivos a los delicuentes.

Es cierto: medidas similares existen en los países l nórdicos, por ejemplo Suecia. Pero es necesario comparar las fronteras de Suecia con las españolas y cual es su población, 10 millones frente a los 46 millones de habitantes de España. Y, por supuesto, estas medidas tampoco han cortado de raíz el fraude fiscal en los países que las han aplicado.

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