China tiene un ambicioso programa de construcción de reactores nucleares con el objetivo de dotarse de una de las fuentes de generación eléctrica más estables, baratas y limpias con la que dar servicio a su población. Aproximadamente el 40% de los nuevos reactores se están construyendo en el país asiático.
En los reactores nucleares de tercera generación, se han incorporado las evoluciones y mejoras que se han ido desarrollando durante estas últimas décadas de explotación en los reactores de la anterior generación. Dentro de este grupo están en construcción varias centrales con dos diseños, el AP1000 de Westinghouse y el EPR de Framatome. Ambos son reactores de agua a presión (PWR). China está construyendo centrales donde se usa ambos diseños de reactor.
A principios del pasado mes de junio, el primer reactor EPR de la central china de Taishan 1 alcanzaba la criticidad y a finales de mes se conectaba a la red eléctrica.
De igual manera, el reactor AP1000 de la planta de Sanmen 1 alcanzaba la criticidad el 21 de junio, mientras que el pasado 2 de julio se conectaba a la red eléctrica.
Mientras tanto en Europa, especialmente en España, seguimos con los debates sobre si cerrar o no las nucleares sin ser conscientes que el abaratamiento de costes tanto de producción de energía como mediambientales va a suponer para China el parque de reactores nucleares que tiene en construcción. Veremos quien compite con ellos en el mundo industrial y globalizado en el que vivimos. Y eso sin contar que probablemente, disponer de energía barata, no dependiente del petróleo permita a China mejorar de manera significativa las condiciones de vida de su población.
Sigue habiendo demasiadas personas que piensan que encarecer la energía eléctrica, que no deja de ser un bien intermedio, es una buena idea.
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