Respecto al nuevo Plan Estatal de Vivienda y Rehabilitación 2009-2012, Lazcano echó de menos "ayudas directas o más incisivas para reducir el stock", como la adquisición por parte del Gobierno de los activos inmobiliarios en manos de las entidades financieras a precios públicos, para destinarlos al alquiler.
Hay que tener la cara de cemento armado para pedir que el Estado te compre las promociones, para que luego las alquile.
Esto es totalmente normal cuando uno se dedica a ir dando dinero de todos los contribuyentes a diferentes sectores (Plan E (ayuntamientos), fabricantes de coches, a la banca (FROB),...). Pues los constructores quieren su correspondiente tajada de los presupuestos generales del Estado. Sería interesante que el sr Juan Lazcano, presidente de la Confederación Nacional de la Construcción, se planteara una serie de preguntas:
- Cuando la vivienda subía su precio a un ritmo interanual cercano al 20%, ¿no obtenían pingües beneficios?. Entonces no pasaba nada, aparte de ser siervo de la gleba de un banco durante treinta o cuarenta años, para poder hacer frente a los precios que se pedían. ¿Cuál era su margen sr Lazcano?.
- Tienen problemas de apalancamiento, como todo el mundo. ¿Por qué a ellos sí los rescatan, y al tendero de la esquina,no?. ¿O a la familia que le embargue el banco tampoco?.
- ¿Se olvida de los tiempos que si en una promoción, una semana se vendían unos pocos de piso, a la siguiente le había subido el precio un par de millones de pesetas, incrementando el margen?
- Se ha planteado que la solución para vender el stock de viviendas es bajar el precio hasta los niveles que los españoles pueden pagar sin endeudarse treinta años
Puestos a aplica medidas estúpidas, ¿por qué no dinamitan todo el exceso de stock, y comienzan a construir de nuevo a precios disparatados?. Total, ya me espero cualquier cosa, tanto de los (ir)responsables políticos españoles como de los (no)empresarios de la construcción. Ya está bien de que los demás tengamos que pagar las pérdidas vía impuestos, pero que no veamos un duro en nuestras cuentas de los beneficios.
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