Subiendo hacía el puerto de la Boca da Encumeada
desde donde se puede ver las dos vertientes de aguas de la isla: Hacía el sur, la zona de Serra de Agua y el río que lleva a Ribeira Brava. Al norte, la carretera desciende hacía São Vicente. Este es un punto de parada de todos los tours de la isla, con un merendero para tomar un refrigerio, zonas de mesas que sirven de merendero y un mirador con vistas magníficas a ambas vertientes de la isla.
Costa Norte de Madeira, desde lo alto del puerto de la Boca da Encumeada
En la siguiente foto, se puede ver la dureza de las rampas que suben hasta el puerto.
La carretera que sube hasta la Boca da Encumeada, con las nubes cubriendo la costa sur de la isla
Después de disfrutar del paisaje en el mirador, cogemos de nuevo el coche,y seguimos subiendo por la carretera ER-110 con destino a la meseta de Paúl da Serra. Esta es una meseta, situada a unos mil quinientos metros de altura, donde hay un campo de aerogeneradores y prados por donde pastan ganado. En esta zona hay picos que llegan hasta los mil seiscientos metros de altura. La carretera, con un asfalto no demasiado bueno, nos lleva hasta otro de los puntos más turísticos de la isla: Rabaçar, a unos mil metros de altura, donde arranca una de las rutas de senderismo más conocida de Madeira: La Levada de las 25 Fontes. El primer tramo de esta levada está asfaltado, discurre entre brezos, para penetrar posteriormente en el bosque de laurisilva:
La garganta donde arranca la ruta de senderismo de las 25 Fontes
Seguimos por la ER-110, con destino a Porto Moniz. Esta población marinera es conocida por sus piscinas naturales, que se forman en las rocas de la costa, y que han sido debidamente acondicionadas para el uso del turismo. Una de ellas es de pago, con los correspondientes vigilantes, zona de descansos, bares, que es de pago. La otra, no está vigilada y se puede acceder libremente. Están preparadas para el disfrute tanto de los turistas como de la población local. En la siguiente foto se puede apreciar las piscinas.
Desde el mismo mirador donde está tomada la foto anterior, hicimos esta fotografía donde se puede apreciar toda la población, con las piscinas, el islote llamado Ilhéu Mole y a la derecha el puerto deportivo. Bajamos hasta el pueblo, y nos dimos un paseo por él. La costa es rocosa, de formaciones basáltica, de difícil acceso fuera de las piscinas.
La costa desde un mirador de Porto Moniz
Un par de fotografías de las piscinas de Porto Moniz:
Piscinas de agua salada de Porto Moniz
Piscinas naturales de Porto Moniz, con el islote de Mole de fondo
Estas piscinas, junto con algunas playas artificiales de arena en la costa sur de la isla y algunas piedras de auténticos cantos rodados, es la única manera que se tiene de disfrutar del baño en el mar en Madeira. Se encuentran en casi todas las poblaciones costeras de la zona norte de Madeira.
Se nos hacía ya un poco tarde, y conociendo la costumbre de los portugueses de comer temprano, buscamos un restaurante por la zona. Aquí a mi me dio por probar un plato típico de la isla, que es el peixe espada (pez sable), con banana frita, que junto con el acompañamiento (verduras y patatas cocida) y un bolo de caco (un pan tostado, untado con una mezcla de ajo y aceite, bomba calórica donde las haya), dejaba a uno más que satisfecho. Aunque no lo visitamos, en la antigua fortaleza de la población se puede visitar el Aquário da Madeira.
Tras reposar la comida, cogimos de nuevo el coche, y continuamos dirección este a través de la ER-101. Decir que esta carretera está desdoblada. Una más nueva, con túneles y ancha, de doble sentido, y la antigua carretera de la costa, con tramos que van pegados al mar, por la parte baja de los acantilados. Decir que por estos tramos, sólo se puede circular en dirección de São Vicente a Porto Moniz, y que se entra en los mismos bajo la responsabilidad de uno, como advierten varios carteles en los cruces. Las vistas que se tienen desde dicha carretera son preciosas, pero hay riesgos de desprendimiento, como bien atestigua las pequeñas piedras que cubrían el asfalto.
La costa norte de Madeira, desde los miradores de una carretera que quita el hipo ..
Como puede verse en la foto anterior, la costa es rocosa y la meteorología es mucho más húmeda, de hecho, al final de la tarde, nos acabó lloviendo bastante y con una niebla que nos impidió disfrutar del resto de la jornada. Entre las poblaciones de Seixal y São Vicente, se encuentra una cascada llamada Véu da Noiva, el Velo de la Novia. Puede apreciarse la antigua carretera que iba junto a la costa, cubierta por un corrimiento de tierras:
Véu da Noiva, El Velo de la Novia
Al ser otro de los puntos turísticos de la isla, hay un mirador habilitado para observar la cascada, con las correspondientes tiendas de recuerdos.
Continuando por la carretera, llegamos a São Vicente, la misma población a la que se bajaba desde lo alto del puerto de la Encumeada. En esta localidad se puede visitar El centro de Vulcanismo, en el cual se puede visitar las grutas de origen volcánicos, así como un centro de interpretación de vulcanismo.
Después nos acercamos al pueblo de São Vicente, donde visitamos el centro de la población, y vimos su parroquia.
Después de visitar São Vicente, nos animamos a ir de nuevo hacía Seixal, con la idea de subir a Chão de Ribeira, y pasar por la antigua ER-101, pegada a la costa. Tal como estaba antes, nos desviamos, y nos paramos para hacer algunas fotos. Puede verse las piedras que caen por las laderas, a pesar de que la carretera está bien asfaltada.
La antigua ER-101, con los cascotes que caen por la ladera
A pesar del riesgo, las vistas de la costa desde esta carretera son magníficas.
Llegamos hasta el cruce que sube hasta Chão de Ribera por la carretera ER-221, donde los antiguos pajares de la zona han sido reconstruidos para ser casas de fin de semana, respetando la antigua arquitectura de la zona.
Se nos hacía tarde, y volvimos a la carretera, tomando la ER-101, con la idea de seguir recorriendo la costa norte. Sin embargo, el tiempo no nos acompaño, puesto que se puso a llover, y llegando a Arco de São Jorge, bajo una niebla que impidió disfrutar del resto del paisaje. En esta última población hay una rosaleda bastante famosa, pero que no pudimos visitar, puesto que cerraba a las seis de la tarde. Ya de noche y lloviendo bastante, llegamos a Santana. Siendo de noche y con la niebla, poco se podía visitar, así que decidimos buscar un restaurante para cenar, y acabamos en un buen restaurante llamado O'Pescador, donde disfrutamos de diversos platos jde pescado a un precio muy razonable.
Junto a la Câmara Municipal de Santana, se puede ver alguna de las casas típicas de la zona:
Tras la cena, tomamos la carretera ER-103, la cual tiene unbo de los túneles más largos de la isla, para volver hacía Funchal, y de ahí a nuestro hotel para descansar de la agotadora jornada.
Referencias
- Câmara Municipal de São Vicente
- Paúl da Serra
- PR 6 - Levada das 25 fontes, PR 6.1 - Levada do Risco (Inglés)
- Câmara Municipal do Porto Moniz (Portugués)
- Grutas e Centro do Vulcanismo de São Vicente
- Câmara Municipal de Santana
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