Me llama la atención en lo que se ha convertido la Unión Europea: Una gran burocracia que desea regular hasta el último detalle de la vida de las personas. De un acuerdo de libre circulación y de comercio, se ha pasado a instituciones que pierden el tiempo regulando cosas como:
- Sólo puede llamarse sangría a la mezcla de vino con algún refresco cuando se produzca en España o Portugal. La excusa, proteger el término. La realidad, supongo que apoyar algún tipo de lobby de envasadores. La Casera está encantada con la decisión
- La UE quiere limitar el consumo de las tarjetas gráficas,para ahorrar energía. Eso si,la sede del Parlamento Europeo la repartimos entre Bruselas y Estrasburgo, total, para que una sola sede.
- No digamos ya las normas para limitar la potencia de los aspiradores domésticos. Claro, cuando uno lee estupideces de este tipo: "The whole point of the regulations is to go away from the idea that high power means better performance - which is not necessarily the case.", uno no puede sino sonreír. Supongo que un coche de 75 cv tiene mejor rendimiento que uno de 140 cv.
Mucha gente no se suele tomar en serio la UE: Es una cosa lejana, que en los últimos años nos ha dado un maná en forma de subvenciones gastadas alegremente en la piel de toro. Sin embargo este tipo de medidas afectan mucho más de lo que pensamos a nuestras vidas, y si la transferencia de soberanía de los países hacía Bruselas continúa, más valdría que estemos atentos a lo que se está cociendo en la capital belga.
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