martes, septiembre 29, 2009

Madeira (I): La costa sur de la isla: De la zona de Lido hasta Ribeira Brava

Este año nos hemos ido una semana de vacaciones a Madeira en el mes de Agosto. Pillamos una buena oferta y nos fuimos de lunes a lunes para disfrutar de unos días en esta preciosa isla en medio del Atlántico.

Madeira es la principal isla de un archipiélago de origen volcánico junto con las isla de Porto Santo y las Ilhas Desertas. Su orografía es abrupta, con acantilados que caen a pico al mar y montañas que alcanzan alturas por encima del los 1800 metros, que dividen a la isla en dos vertientes muy diferenciadas en cuanto a clima, y por tanto vegetación.

La zona sur de la isla, tiene un clima casi tropical, que permite el cultivo de plantas como los plátanos,la caña de azúcar o la vid. Debido a la orografía, el terreno está dividido en terrazas, donde se establecen pequeños huertos, que son regados a partir del agua que se recoge en los profundos valles de la isla, y transportado a través de una red de canales llamados levadas. La zona norte es aún más abrupta si cabe, no existiendo apenas agricultura, y estando cubierta con los últimos vestigios del llamado bosque de Laurisilva, cubriendo aproximadamente un 20% de su superficie.A la isla la cruza de este a oeste una cordillera montañosa, con profundos valles, donde se acumula el agua que las nubes del Atlántico descargan sobre la isla. La capital es Funchal, fundanda en 1425 por Joao Gonçalves Zarco, el descubridor de la isla para los portugueses, con una población de unos 110000 habitantes, y que se conoce como la pequeña Lisboa.

Nuestro viaje arranca en Barajas, en un A320 de SATA, que tras un cómodo viaje de unas dos horas, aterrizó en el aeropuerto de Funchal, con fama de ser uno de los aeropuertos más complicados de operar del mundo, en especial si hay viento cruzado o cizalladura (como podéis ver si buscáis en Youtube funchal airport). Nos recogió un autobús y al hotel directamente, puesto que llegamos bastante tarde, a la cama.

A la mañana siguiente, nos fuimos a recoger un coche de alquiler, para recorrer la isla. Sólo lo tuvimos tres días, quizás se nos quedó algo corto, en especial a nosotros que nos gusta pararnos en los sitios y dar paseos por la zona. Una cosa para los que queráis conducir: Los portugueses tienen fama hacer adelantamientos bastante justos, cosa que se cumple a rajatabla en Madeira. Las carreteras secundarias, que son desde donde se disfrutan de las mejores vistas, son estrechas, llenas de curvas y con pendientes muy pronunciadas en algunas zonas. Hay algunas carreteras en mejor estado, sobre todo las construidas los últimos años, con multitud de túneles que atraviesan las montañas.

Tras recoger el coche, tomamos la carretera E101 con dirección a Câmara de Lobos. Este fue uno de los primeros núcleos de población de la isla, llamada así por la cantidad de focas monje que vivían en la zona. Dejamos el coche junto a un aparcamiento en el muelle y nos dimos un paseo por la zona del puerto, una pequeña ensenada con un agua azul profundo. Visitamos la Capilla de los Pescadores, con un altar barroco, con techos pintados representando los peligros del mar.

Câmara de Lobos

Casas sobre los acantilados en Câmara de Lobos

De nuevo en carretera, ésta trepa por las laderas de la montaña, hasta llegar a un pequeño restaurante donde está el el teleférico de Rancho, el cual se usa para bajar a una zona llamada Fajã do Cabo Girão,una pequeña playa junto a una franja de terreno donde se cultivan frutas tropicales. Se disfrutan de magníficas vistas de Cabo Girão y de Câmara de Lobos desde la terraza del restaurante y un mirador situado al lado.

Câmara de Lobos desde el mirador de Rancho

Cabo Girão

Tras tomarnos un refresco continuamos nuestro camino hasta Cabo Girão, el segundo acantilado más alto del mundo, con unos 580 metros de altura. Hay un mirador desde donde se disfruta de una magnífica vista sobre el mar. Lo más curioso, es que en la base del acantilado, hay cultivos de frutas tropicales y vides.

Cultivos en las fajas de Cabo Girão

El océano desde Cabo Girão

Nuestro camino sigue por una carretera secundaria con unas buenas rampas - vamos, que quemamos bastante embrague - hasta la población de Riberia Brava. Esta se extiende en la ribera de un río, tiene una playa artificial de arena negra protegida por un espigón y un paseo marítimo muy funcional. Nosotros aprovechamos para comer en uno de los restaurantes del paseo - ni fu ni fa -, y probamos uno de los clásicos platos de la cocina de Madeira como es el peixe espada con salsa de banana (pez sable con salsa de plátano).

Ribeira Brava

Después de comer, vistamos la Iglesia de São Bento, del siglo XVI, que guarda algunas obras de arte flamenco.

Iglesia de São Bento

Nos dimos un paseo por los jardines del ayuntamiento, muy cuidados como puede apreciarse en la siguiente fotografía.

Jardines del ayuntamiento de Ribeira Brava

En la playa, hay un pequeño túnel que atraviesa la montaña hasta el puerto pesquero y deportivo de la localidad. Está protegido por un espigón y desde el mismo se puede ver algunas casas construidas en lo alto de los acantilados:

Cascada de agua desembocando en la pequeña ensenada del muelle de Ribeira Brava

Tras la visita a esta zona de la población seguimos nuestra excursión por la zona sur de la isla.

Referencias

  1. Turismo de Portugal, Islas de Madeira
  2. Archipiélago de Madeira
  3. Playas del suroeste de Madeira

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