viernes, junio 18, 2010

Asturias, marzo 2010 (IV): Covadonga y los lagos de Enol

Nuestra última jornada en Asturias la dedicamos para una de las excursiones clásicas de la zona: El Santuario de Covadonga y los Lagos de Enol. Amanecía el día con niebla, lo cual no hacía presagiar nada bueno en la subida a los lagos de Covadonga. Tras disfrutar de un abundante desayuno, salimos a la terraza de la casa rural, y nos sorprendió ver corzos en el prado que estaba enfrente.


Corzos, desde la casa rural Peña Crespa


Parte de la casa rural de Peña Crespa, Asturias

Salimos de Villaviciosa por la autopista del Cantábrico, hasta llegar al cruce que nos lleva hacía Arriondas y Cangas de Onís, entrando en el macizo central de los Picos de Europas. Tras pasar esta última población, tomamos la carretera que sube hacía Covadonga, que corre paralela al río del mismo nombre. Tras aparcar el coche, visitamos la cueva donde se venera a la Virgen María bajo la advocación de la Virgen de Covadonga, conocida como La Santina. Visitamos la basílica construida en estilo neorrománico entre finales del siglo XIX y principios del XX.


La basílica de Covadonga, Asturias


La cueva Santa, con la imagen de la Virgen de Covadonga, Asturias

La zona donde está construida la Basílica se llama el campo del Repelao, donde según la tradición, Pelayo fue proclamado rey, y donde empezó la reconquista de la Península Ibérica de mano del poder musulmán.


La estatua de Don Pelayo, en el Campo del Repelao

Aunque viniendo hasta Covadonga, sabíamos que había niebla, la subida de catorce kilómetros por la estrecha y empinada carretera que lleva hasta los lagos de Enol iba a ser complicada. La visibilidad apenas alcanzaba a quince metros, con lo cual, subimos muy despacio. Cuando llegamos hasta ellos, el Enol estaba totalmente cubierto por la niebla, y no tenía mucha pinta de que fuera a despejar. Por probar suerte, subimos hasta el Ercina. La zona de aparcamientos ha sido reformada hace poco y la han dejado muy bien habilitada para el turismo. Cuando llegamos, estaba también cubierto. Decidimos esperar un poco, porque en esta zona la niebla viene y va en cuestión de minutos. Tuvimos nuestra recompensa, y en cuestión de unos quince minutos pudimos disfrutar de la magnífica vista del Ercina. En las siguientes fotos puede verse como se iba despejando la niebla:


El lago Ercina, entre la niebla,Picos de Europa


El lago Ercina, entre la niebla,Picos de Europa


El lago Ercina, tras despepajar la niebla

Al rato volvía la niebla, así que cogimos el coche y bajamos de los lagos. Hicimos una parada para comer en uno de los restaurantes que hay junto a la carretera que sube a Covadonga, concretamente uno que hay justo al último aparcamiento antes de llegar a Covadonga. Fui incapaz de terminarme el cachopo que me pusieron, recomendable para la gente que va con mucha hambre :).

Tras comer,nos pasamos por Cangas de Onís, para darnos un paseo por la zona y comprar algunos recuerdos - fabes y quesos -. Llegamos hasta el puente medieval sobre el Sella. Es curioso ver esta foto ahora y las que he visto en la Nueva España en las últimas inundaciones en Asturias.


El puente medieval de Cangas de Onís, sobre el Sella

Tras la visita a Cangas de Onís, cogimos los coches y pusimos rumbo a casa, tras el magnífico fin de semana asturiano.

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