Esta pequeña historia debe de servir para reflexionar sobre la información que publicamos en las redes sociales, las restricciones que hacemos sobre la misma y como hay personas que pueden aprovecharse de la misma para obtener beneficios.Algunas reflexiones:
- Las empresas cada vez utilizan más las redes sociales - las más lúdicas como Facebook o las más profesionales como LinkedIn - para buscar información tanto de sus trabajadores como de los posibles candidatos a contratar. Aunque fuera de un horario laboral, a una empresa le debería importar poco lo que uno hace, al final, está formada por personas, y la información que publiques puede volverse contra ti, como le ha pasado a esta empleada de IBM con su aseguradora.
- La información que se sube a redes sociales y se intenta restringir el acceso a través de las herramientas que proporcionan las plataformas, no garantiza que cualquiera de las personas a las que hemos dado acceso publique posteriormente dicha información sin restricciones. A nadie le gustaría que su jefe viera la cara de uno tras el melocotón de turno a golpe de cubatas de la noche anterior.
- Nadie nos garantiza que información que nosotros hayamos borrado, se haya hecho realmente. Por ejemplo, Facebook tenía el problema de que aunque borraras una foto, luego era accesible a través de su URL directa.
- Cada vez más personas - por interés propio o por cotilleo -, intentarán buscar información sobre uno mismo en Internet. Por eso, debemos de estar concienciados que la información que se publique en las redes sociales es inocua para nosotros, y que nadie la va a usar posteriormente para buscarnos las cosquillas.
- Los Estados están encantados con la labor de sus ciudadanos publicando información en las redes sociales, existiendo ya varios proyectos en marcha para poder rastrear la información que se va publicando,para llegado el caso usarla contra el autor.
Technorati Tags: privacidad
No hay comentarios:
Publicar un comentario