La Comarca de Liébana está formada por cuatro valles encajonados en los Picos de Europa: La Vega de Liébana, Camaleño, , Pesaguero y Cillorigo. Estos cuatros valles convergen en Potes, la capital de la comarca. Camaleño es el valle que subem desde Potes hasta las fuentes del de Deva en Fuente Dé. Una carretera con buen asfalto, ancha y con muchas curvas que sube desde los 300 metros sobre el nivel del mar de Potes hasta los 1094 metros de Fuente Dé. Por el Valle de la Vega de Liébana discurre la carretera nacional N-621 que comunica Cantabria con León a través del puerto de San Glorio. Pesaguero es el valle por el cual discurre la carretera CA-184, comunicando la comarca de Liébana con Palencia a través del puerto de Peñasluengas.
Los Picos de Europa es una de las regiones montañosas más impresionantes de España. Limita al Oeste por el rió Sella, está dividido a su mitad por la Garganta Divina del Cares y por el Este por el río Deva. Está divido en tres macizos: El occidental o Cornión que se extiende desde los ríos Sella y Dobra, hasta el Cares, el central o Urrieles, que se extiende entre el Cares y el Duje, donde destaca el mítico Naranco de Bulnes y por último el oriental o de Ándara que lo limita por el Oeste el río Duje y por el Este el Deva.
El Parador Nacional de Fuente Dé está en medio de un antiguo circo glacial. Esta zona está a unos 1000 metros de altitud y su vegetación está formada por prados y hayedos. Está rodeado de montañas, con un escalón de unos 800 metros respecto a la cima. En esta zona está las fuentes del Deva, uno de los ríos salmoneros más famosos de España. La carretera que sube desde Potes corre paralela al curso del mismo. Existe un teleférico que salva unos 800 metros de altura en el borde de la cornisa del circo. La estación superior del teleférico se denomina el Cable, y fue la primera excursión del día siguiente. Desde la estación del cable pueden observarse alguno de los picos del macico Urrieles. Circo de Fuente Dé, con un hayedo al fondo
Una vez arriba, a unos 1800 metros sobre el nivel del mar, no se podía toda esta zona del macizo central de la Cordillera, puesto que había una niebla bastante espesa. Aún así, había un montón de gente que recorría parte de las rutas que nacen en El Cable. Nosotros seguimos durante un kilómetro una de ellas. Aprovechamos algunos momentos en los cuales la niebla se disipaba para disfrutar de los escarpados picos que rodean el circo de Fuente Dé. Peña Remoña
Camino hacia Horcadina de Covarrobres en medio de la niebla.
Tras un par de horas de excursión, cogimos el Teleférico de vuelta, y tomamos el coche bajando hacia Potes.
Unos dos kilómetros antes de llegar a Potes, hay un cruce desde donde parte una carretera que nos lleva hasta el monasterio de Santo Toribio de Liébana. Esta zona se llama el Valle de Liébana, por el fondo del cual corre el Deva. Se atraviesan diversos pueblos pequeños. A unos tres kilómetros de Potes, nos desviamos para subir al Monasterio de Santo Toribio de Liébana, donde se guarda uno de los trozos de la Santa Cruz (Lignum Crucis). Un poco más adelante visitamos los restos de la ermita de San Miguel.
Puerta de entrada a la Iglesia del Monasterio de Santo Toribio de Liébana
Potes y Picos de Europa, desde el mirador de la ermita de San Miguel
Tras la visita del monasterio, bajamos a Potes, comiendo un cocido lebaniego que te puede dejar tumbado para las siguientes cuatro horas. Nos dimos un paseo por Potes, atravesando el puente sobre el Deva, vimos la Torre del Infantado, el actual ayuntamiento.También visitamos la Iglesia Parroquial construida durante el siglo XIX, al lado de la antigua Iglesia de San Vicente.
Torre del Infantado, actual ayuntamiento
El Río Deva, a su paso por Potes
Tras tomar un café en una de las múltiples cafeterías que hay en la calle porticada enfrente del Ayuntamiento, cogimos el coche y segumos en dirección norte, hacía el Cantábrico, a través del Desfiladero de la Hermida. En el fondo corre el río Deva, con la carretera paralela a él. Esta carretera es de montaña y hay que tener bastante cuidado, puesto que aunque tenga buen firme, es estrecha y llena de curvas. Hicimos una parada para visitar la iglesia de Santa María de Lebeña, joya del mozárabe cántabro. El cuerpo principal de la iglesia data del siglo X, del año 925, atribuidos a Don Alfonso y a su esposa Doña Justa, condes de Liébana. El porche de la actual entrada es posterior y el campanario se construyeron durante el siglo XX. Hay una leyenda sobre esta iglesia: Los Condes de Liébana la construyeron con la esperanza de albergar los restos de Santo Toribio de Liébana. Sin embargo, los monjes que custodiaban las reliquias se negaron a cedérselo. El Conde, enfadado con los monjes, decidió robar las reliquias junto con 50 hombres. Cuando llegaron a robar las reliquias se quedaron ciegos. Arrepentidos de ello, ofreció sus cuerpo y sus posesiones a los monjes del Monasterio de Santo Toribio de Liébana, cosa que cumplió cuando recuperó la vista.
La planta de la iglesia es basilical, con tres naves, siendo la central un poco más alta que las laterales. Los tejados son todos a tres aguas, las bóvedas que cubren las naves son de cañón, con arcos de herradura que se apoyan sobre columnas de capiteles corintios, adosados a pilares proporcionando una gran fuerza de aguanta.
La imagen de la Virgen que se venera recibe el nombre de la Virgen de la Buena Leche, porque está dando el pecho al niño, al cual observa con los ojos semicerrados.
De nuevo a la carretera,a pesar que casi ha atardecido, continuamos por el desfiladero de la Hermida, donde el Deva va encajonado entre las paredes del mismo. La carretera es estrecha con muchas curvas pero con buen firme. Apenas separar veinte kilómetros de Potes, pero se tarda en hacer el recorrido. Pasamos por la Hermida, donde hay un balneario de aguas terminales. Después de pasar Panes, ya en territorio asturiano, el Deva y el Cares se unen hacia su desembocadura en el Cantábrico, en el estuario de Tina Mayor, ya en Unquera. Allí aprovechamos para comprar los dulces típicos de la zona, llamados corbatas de Urquera.
De vuelta, ya de noche todo el desfiladero camino de Potes, y de allí de nuevo a Fuente Dé. Aprovechamos para parar en los Llanos, en un mesón donde nos dimos un homenaje a golpe de quesos de la zona deliciosos, destacando el picón de Tresvisos.
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