Salimos por la mañana de Johanesburgo con destino a la región de Mpumalanga. El altiplano sobre el que está Johanesburgo, empieza a dar paso a una zona de colinas suaves. La ruta que se suele seguir cuando se visita esa zona, sigue parte del cañón del río Blyde y las montañas Drakensberg. Nuestro primer punto de parada fue Pilgrim's Rest, uno de los primeros lugares donde se encontró oro en Sudáfrica. El sitio conserva parte de las construcciones de finales del siglo XIX, cuando comenzó la extracción de oro.
Curiosamente mucha de las casas tienen tejados realizados en chapa corrugada, y es algo que vimos a lo largo de toda Sudáfrica.
Después de recorrer en coche el pequeño pueblo, el guía nos llevó con dirección al cañón del río Blyde. Este cañón atraviesa las montañas Drakensberg, tiene una longitud de unos 26 km, y una profundidad en algunas zonas de unos 800 metros. En primer lugar nos dirigimos a un merendero, desde donde se puede ver las formaciones que la erosión ha realizado en el cañón. Desde ese merendero se baja a un puente que cruza el cañón desde donde se tienen unas vistas magníficas.
Una de las formaciones que se pueden ver en el cañón son las llamadas Bourke's Luck Potholes, como puede verse en esta fotografía.
Comimos en el merendero, aunque había que estar atentos a los monos que campaban por sus respetos para pillar comida de los turistas que estaban por esa zona:
Seguimos la ruta, y paramos en un mirador sobre el cañón, desde donde puede verse formaciones bastante espectaculares sobre el mismo. Una de las más conocidas es la de Three Rondavels:
Desde el mismo mirador desde el cual está tomada esa foto se tienen vistas espectaculares sobre el cañón del río y las montañas Drakensberg:
Cuando llegamos al mirador anterior estaba ya oscureciendo, con lo cual nos dirigimos al hotel, porque a la mañana siguiente nos esperaba un buen madrugón para visitar el parque Kruger.
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