Vivimos una época de recortes en las administraciones públicas. Tema de conversación a la orden del día, ya sea tomando un café con los compañeros de trabajo, primera plana de cualquier periódico generalista o de la última tertulia de mala muerte de la televisión generalista.
¿Pero realmente tenemos derecho a quejarnos?. A mi me hace bastante gracia, cuando uno lee la prensa de los últimos años, en especial si vemos el periodo que va desde el 2002 hasta el 2008 donde estaba claro para cualquiera que tuviese un poco de compresión lectora que se estaba incubando una burbuja de crédito bestial. Y que cuando estallara, las consecuencias serían funestas.
Los españoles preferimos mirar para otro lado, quizás porque nuestra formación económica es deficiente - cuanto menos - y cuando el politiquillo de turno de nivel local o regional proponía una infraestructura - ya sea aeropuerto, palacio de congresos , polideportivo o teatro - financiado con cargo a deuda se aplaudía con las orejas. ¿Qué Villaberzas de arriba tiene un teatro?. ¡Pues Villaberzas de Abajo no va a ser menos!. ¿Qué queremos tener un aeropuerto a 20 km de la diputación, cuando hay otro a 60 km? ¡Adelante!, y además con terminal de AVE. ¿Qué el pueblo de al lado tiene un palacio de congresos?. ¡Nosotros no vamos a ser menos, aún más grande!.¡Hay dinero!. Todo lo que tenemos que hacer es recalificar terrenos, llevarnos la correspondiente comisión y seguir gastando a manos llenas. ¡El pueblo nos lo agradecerá!
Lastima que nuestros dirigentes locales y regionales, y por supuesto el pueblo que los votó, ignoraran lo que pasó en Japón o la burbuja sueca que ocurrieron durante los años 90 y las correspondientes crisis que se desencadenaron. O la muy reciente burbuja tecnológica.
Hay una serie de puntos claves que el ciudadanito español nos cuesta entender:
- La deuda pública que se emite hoy en día, son los impuestos del mañana.
- Todos los servicios que cree que son gratuitos, realmente lo has pagado con sus impuestos. En término medio en España
trabajamos la mitad del año para el Estado.
- Las administraciones públicas no tienen una capacidad de gasto infinita, en especial cuando no se dispone de un Banco Central, y aún así.
- Y la principal: La política monetaria más importante de todas, es la monetaria. Y esa está en manos del BCE, es decir, Alemania.
En esta orgía de gasto, nos pulimos el dinero que todavía no habíamos ganado, la banca se endeudó en el exterior canalizando la liquidez creada en EEUU gracias a la ingeniería financiera y nosotros
en vez de comprender que estos préstamos tenían fecha de caducidad y aprovechar esa deuda para invertir y generar riqueza que nos permitiera devolverla preferimos pulirla en consumo. Las administraciones públicas felices, porque todo ese crédito que se gastaba, se llevaba una buena tajada vía impuestos. Y por supuesto, nada de reducir deudas adquiridas anteriormente, sino a seguir gastando.
¿Dónde estaban los que ahora se quejan amargamente de recortes en sanidad y educación cuando aplaudían con las orejas por el Aeropuerto de Castellón y Ciudad Real, por la Fórmula 1 en Valencia, por los 400 euros que "devolvía el Estado", la presentación a los Juegos Olímpicos, por los kilómetros de AVE que se inaguraban, por las ampliaciones de puertos como el de Gijón, por la Caja Mágica, una Universidad en cada capital de provincia, y tanto dinero tirado al cubo de la basura?. Queridos ciudadanos españoles, nos hemos ganado a pulso lo que nos pasa.
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