Reconozco que me suelo tomar bastante a cachondeo lo que hace Twitter para bloquear las cuentas: Sus denuncias anónimas o su formulario que cualquiera que quiera organizarse para joder a cuentas que considera incómodas, con un sistema automático que deja mucho que desear es campo abonado a todos los amantes de la libertad de expresión en España que piensan que la única que vale es la suya. He visto ya que le ha pasado a varias personas: Alguien publica un comentario o un articulo que no sienta bien y grupos de aspirantes a censores que se ponen a rebuscar por el timeline del autor para ver si pueden denunciarlo a twitter y que bloquee la cuenta.
Hoy, la cosa a alcanzado niveles propios de una película de Berlanda cuando al periodista John Müller le han bloqueado la cuenta por un tiempo por el siguiente tuit:
Lo interensante no es el tema del titular, ya sabemos desde hace tiempo que lo que está usando twitter falla más que una escopeta de caña. Lo interesante es ver, de nuevo, como se abusa de los sistemas de moderación para intentar silenciar opiniones con las que no se está de acuerdo. Y eso no es nada nuevo. Lo he visto durante mucho tiempo en sitios como Meneame o Barrapunto. Por eso soy más partidario de usar sistemas como el score del viejo slrn. A fin de cuentas, controlas tú lo que quieres o no quieres ver. Hay demasiados aprendices de censores en Internet abusando de los sistemas de moderación.
Evidentemente, ninguna empresa quiere cargar con el problema de relaciones públicas que supone que alguien use sus servicios para expandir cierto tipo de mensajes, pero las soluciones que han intentado desplegar hasta ahora lo único que suele servir es para que los grupitos organizados abusen de él. Y al final, muchas de ellas acaban recurriendo a personas que moderan el contenido, aunque curiosamente casos como el de Müller no suele acabar en esos moderadores, que entendería perfectamente que ese texto es un titular de una noticia.