Hoy sabemos que el consejo de Ministros del gobierno de España ha decido no prorrogar las modificación de las leyes de tráfico que disminuyeron el límite de velocidad en las autopistas y autovías españolas a 110 km/h desde los 120 km/h. Según el gobierno, durante el periodo en que dicha disminución ha estado vigente, se han ahorrado un total de 450 millones de euros.
Lo más probable es que no haya habido tal ahorro, sino que que la reducción del consumo se deba a un motivo muy simple:La gente, está cogiendo mucho menos el coche, porque no tiene dinero para llenar los depósitos de combustible. Esto es fácil de comprobar, en Madrid, cuando las segunda quincena de cada mes, como el tráfico disminuye bastante.
Sin embargo, ya hay gente pidiendo un aumento de la fiscalidad sobre combustible y uso de vehículos, con el supuesto motivo de incentivar el ahorro, pero que una vez más castigará las rentas más bajas por un doble motivo:
- Aproximadamente el 90% del transporte de mercancías en España es por carretera. Si aumenta el precio de los combustibles, se va a repercutir en todos los productos. Si ya de por si hay gente que vive apurada, sumémosle ahora un aumento de precio en cosas básicas debido al transporte.
- La configuración del urbanismo español, con grandes ciudades dormitorio, con pocos servicios, la gente que ha comprado viviendas debido a que eran lo que podían pagar por el aumento de precio, y la distancia al puesto de trabajo, hace que se necesite el vehículo privado para llegar a su puesto de trabajo. Y hay que desengañarse, dos horas de ida y dos horas de vuelta en transporte público no es una opción. Si ya los sueldos están tirando a la baja, ¿qué puede significar para estas personas un aumento del precio de los combustibles?.
La única opción realista para ahorrar combustible en este país tiene que pivotar sobre dos medidas:
- Un aumento espectacular del tráfico ferroviario de mercancías (en España apenas alcanza el 4%). Pero los trenes de mercancía no tienden a vender en las elecciones y no se puede inaugurar con jerifaltes políticos de diversas especies.
- Teletrabajar, aunque tengo mis dudas que por la particular idiosincracia de ciertos sectores empresariales y de trabajadores de este país, se llegue a extender en el grado que realmente se necesita. Mientras que empresarios y trabajadores no nos convenzamos que lo importante es sacar el trabajo y no el número de horas que uno está calentando la silla, no vamos a ningún lado.
Aparte, seamos serios: Más del 50% del precio actual de los combustibles son impuestos, y el gobierno actual necesita imperiosamente ingresar dinero para hacer frente a las deudas contraídas estos últimos años. Lo que le faltaba es que se produjera un desplome del consumo que mermara aún más su capacidad recaudatoria. Y es probable que ya le estén viendo las orejas al lobo. Al igual que con el tabaco, bajo la excusa, esta vez, de la ecología, necesitan recaudar de donde sea, así que lo que les conviene es que haya coches circulando, consumiendo combustible, pagando las próximas tasas de congestión que se nos avecinan para poder tapar el boquete que tiene España en las cuentas públicas.
Si alguien piensa que en una posible transición a vehículos eléctricos, una vez que éstos estén lo suficientemente evolucionado, se van a librar de pagar impuestos por la electricidad que se consume, le diría que ese optimismo patológico tendría que hacérselo mirar, porque si hay algo que se ha demostrado con ciertos consumos (alcohol, tabaco o combustibles) es que son las vacas a ordeñar como sea.
1 comentario:
Plas, plas, plas (aplausos).
Sólo un matiz: por razones obvias, creo que centras un poco tu comentario en Madrid. El urbanismo español no creo que sea así en todos los casos (ciudades dormitorio con pocos servicios y lejos de los puestos de trabajo). España es muy diversa, en todos los sentidos: en ese, también.
Por otro lado, es cierto que, en ciudades pequeñas, uno no usa tanto el coche para ir a trabajar o a comprar... pero se hace aún más necesario el transporte por carretera para abastecer los supermercados & company. En fin, si no sale por un lado, sale por otro.
Respecto a lo del teletrabajo... coincido contigo: la mentalidad española, en cuestiones laborales, está mucho más cerca de la Posguerra que del siglo XXI europeo.
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