El otro día fui a inscribir a mi hija en el registro civil. De buenas a primeras, me encuentro que me dan un boletín para una encuesta - no anónima - para el INE donde entre otras cosas me preguntan:
- Si mi mujer tuvo complicaciones en el parto.
- El tipo de parto que fue.
- El peso de la niña al nacer.
- El número de semanas de gestación.
- Sitio donde ha dado a luz.
Para acabar, te ponen un recuadro donde te recuerdan La obligación de facilitar los datos, donde según la Ley de la Función Estadística Pública, en su artículo 10.1 y 10.2 tenemos la obligación de dar los datos, eso sí si nos negamos, nos recuerda amablemente que seremos sancionados de acuerdo al artículo 48 de la misma. La cuestión, es que si de manera anónima un hospital me pide esos datos para un estudio no tengo problemas en darlos. Pero que el Estado te obligue a retratarte, recuerda ya demasiado a ciertas distopías.
Lo cachondo del tema, es que cuando pedí número para el registro , me dijeron que tenía que rellenar el boletín estadístico, pero luego la funcionaria que me atendió me dijo que no hacía falta y que si a ella le obligan hacer eso para registrar un hijo montaba un pollo. Lo curioso es como los españoles aceptamos que el Estado nos pueda perdir esos datos así como así y no nos planteamos que no es misión del mismo recoger este tipo de estadísticas que afectan a la privacidad de los ciudadanos.
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2 comentarios:
Al final estas cosas no sirven más que para justificar a los funcionarios que se encargan de ellas. Estoy convencido de que hay muchos papeleos hechos precisamente para eso, y sin ninguna utilidad.
Y por cierto, ¡enhorabuena por la peque! ;-)
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