Hay muchas razones para considerar la ley de Igualdad la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo , pergueñada por el gobierno de Rodriguez Zapatero, como un engendro prescindible. Quizás, el mayor disparate que contiene sea la inversión de la carga de la prueba: Si una persona acusa a otra de discriminación, la persona acusada debe de demostrar que no ha discriminado, cuando en todas las legislaciones con un mínimo de sentido común es justo lo contrario: todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Pueden ver el artículo 13 de la citada ley para comprobarlo.
Pero me ha resultado vomitivo leer la justificación de la misma que daba hoy en El País Inmaculada Montalbán, en un artículo titulado Una norma para la transformación social. En el mismo hay dos perlas que justifican la ingeniería social por parte del Estado para lograr los objetivos de igualdad
Hace cinco años se promulgó una ley, la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, que ha demostrado ser un instrumento de transformación social capaz de penetrar en todo el ordenamiento jurídico.
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Estos cinco años demuestran que la Ley de Igualdad es un instrumento jurídico destinado a transformar la realidad y llevar a la conciencia de la ciudadanía y de los operadores jurídicos los valores y principios de una sociedad igualitaria.
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Quizás la señora que ha escrito semejante disparate lo ignore, pero usar la ley para transformar la sociedad es algo que caracteriza a todos los regímenes totalitarios con los que la culta Europa nos recompensó durante el siglo XX. Y a mi personalmente me lleva, una vez más, a ver el Estado no como un conjunto de instituciones al servicio del ciudadano sino como un conjunto de instituciones al servicio de las ideologías de turno que se lleva por delante la libertad de las personas. Y este tipo de leyes, no hace sino ahondar en la dictadura en la que estamos inmersos desde hace mucho tiempo, la de lo políticamente correcto.
Bajo las estupideces que promueve esta nueva dictadura respaldada por estas leyes se ha llegado a denunciar en Bélgica al comic de Hergé Tintin en el Congo, para que se prohíba su venta, hay editores que han censurado las aventuras Huckleberry Finn, se ha llegado a acusar en los tribunales a un profesor que describía el proceso del curado del jamón o se crean infumables guías de lenguaje no sexista (no se pierda la respuesta de la Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer en respuesta a tanta tontería)
Lo que tiene que existir es igualdad de oportunidades, cosa que dista bastante del disparate que es esta ley por mucho que utilice extensivamente dicho término en su articulado.
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